Graduada con honores en el Instituto Europeo de Diseño de Milán, Federica Biasi comenzó su carrera en Ámsterdam. Atraída por la sencillez del diseño nórdico, se inspiró en él y en las tendencias emergentes para desarrollar su propio estilo. Suave, sofisticado y preciso, su enfoque artístico se basa en la funcionalidad y las formas equilibradas.

En 2015 regresó a Milán y fundó su propio estudio de diseño. Desde entonces, ha trabajado como diseñadora de productos y directora artística con muchas marcas italianas e internacionales de alto perfil, abordando cada colaboración con una actitud curiosa y extrovertida, desde Nespresso a Manerba, Tooy, Rabitti y Mingardo. En 2014 se convirtió en la Directora de Arte de Mingardo y, junto con el fundador Daniele Mingardo, continúa construyendo la imagen de la marca, fusionando el conocimiento y la artesanía tradicional con los valores del diseño contemporáneo.

En 2021, Federica fue galardonada con el Premio al Joven Talento del Diseño del Año en los EDIDA (Elle Deco International Design Award), conocidos como los Oscar de la comunidad del diseño. Lee nuestra entrevista con la diseñadora para conocer a la mujer que hay detrás de la marca.

"Esencial, no minimalista": así definió su filosofía de diseño en una de sus últimas entrevistas. ¿Qué significa para usted?

Minimal es un término que, la verdad, no me va, ni como persona ni como diseñador. Esencial, en cambio, es una palabra que me parece muy poética: para mí, diseñar de forma esencial significa ser capaz de transmitir un objeto/idea concreto a través de unos pocos detalles que no son necesariamente mínimos. Significa sacar la esencia, que no es sólo una forma, sino la combinación de una forma, una necesidad, un color y una visión global.

Su estética esencial le ha valido el premio EDIDA 2021, que Patricia Urquiola describió como "Los Oscar de la comunidad del diseño". ¿Qué representa para usted este premio?

Es un hermoso hito de transición. Fue muy emocionante recibir el premio EDIDA, que antes de mí habían recibido colegas a los que respeto mucho y que tienen una carrera maravillosa. Me siento honrada y agradecida.

Como Director Artístico de Mingardo, ha tenido la oportunidad de expresar su enfoque artístico a la vez que reinterpretaba la artesanía italiana. Cuéntenos cómo surgió esta colaboración.

Recuerdo que Daniele Mingardo me escribió a finales de 2016 tras leer un artículo en el que hablaba de la importancia del enfoque de los materiales y la visión de las empresas para comunicar sus valores. Me llamó y me dijo: "Te envío el brief para diseñar la colección". La colección ya era conocida gracias a Aldo Parisotto, y había habido otras colaboraciones con varios diseñadores. Fue muy natural, yo quería hacer algo que me supusiera un reto no sólo como diseñador, y Daniele soñaba con dar a conocer cada vez más su colección y su trabajo. Así que, un año después, nació la primera colección "The Iconic Handicraft".

Háblenos del proceso creativo que hay detrás de una de las piezas que ha creado para Mingardo. ¿En qué se inspira y cómo da vida a una idea?

Al principio decidí diseñar sólo objetos pequeños (espejos y un jarrón) con Mingardo porque, al haber elegido ser Directora Artística, prefería tener una visión más externa de toda la colección de productos. Por lo tanto, elegí accesorios pequeños y, en ese caso concreto, el proceso de fabricación me impulsó hacia el objeto. De hecho, espejos y jarrones pretendían mostrar los procesos y acabados característicos de Mingardo, al tiempo que revelaban lo que podía hacer con proyectos personalizados.

En el transcurso de los años siguientes, diseñé la librería Marianne y la lámpara Decò: en esos casos, había un claro deseo de hablar de diseño y reediciones -la reinterpretación de objetos y estilos que habían hecho historia- en un esfuerzo por darles un toque más esencial, metálico y contemporáneo.

Aunque sólo tiene 32 años, ya ha tenido la oportunidad de colaborar con varias empresas internacionales. ¿Hubo alguna experiencia que le resultara especialmente significativa?

No sé si tengo una experiencia favorita, sin embargo, colaborar con Nespresso fue sin duda muy diferente. Tratar con una multinacional cuyo producto se distribuirá en todo el mundo te hace ver el límite impuesto por la producción como una oportunidad; cada objetivo estético y de fabricación representaba un logro, una negociación entre diseño y producción. Fue una experiencia muy gratificante.