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The Artisan

Zanetto: Metales nobles y diseños sofisticados

Zanetto crea piezas únicas de decoración para el hogar y de mesa en plata y otros metales preciosos con una particular técnica de martilleo para crear texturas únicas.

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En Zanetto, los objetos se fabrican con los mejores materiales, con formas uniformes, bordes bien acabados, soldaduras perfectas sin residuos, martilleado y cincelado precisos, superficies completamente lisas y un baño de plata uniforme y grueso. Fundada en 1963, la empresa cuenta con más de cincuenta años de experiencia y recurre a los trabajadores italianos con más talento del sector de la plata para producir objetos innovadores de diseño sofisticado.


¿Cómo empezó la empresa?

Zanetto Argenti nació en 1963 de la mano de Bernardo Zanetto. Este hombre ha entrelazado su vida con la pasión por la artesanía artística del metal, compartiendo su amor a su hijo Enrico, que dirige la empresa hasta el día de hoy. Cada paso que da Zanetto Argenti se forja en torno al corazón y el alma de los maestros artesanos que trabajan aquí con dedicación cada día.

¿Qué significa para usted trabajar un metal noble como la plata?

La plata es un metal muy espiritual. Representa la luz y está cerca de Dios. Elaborar objetos en plata u otros materiales nobles es una responsabilidad hacia la historia, en el esfuerzo por igualar la magnificencia de las obras realizadas en el pasado, y hacia el mundo, ya que nos esforzamos por no desperdiciar estos alcances que nos dio la madre tierra, sino por realzarlos a través de la creatividad humana.

¿Podría describir con detalle la fase de martilleado de sus piezas únicas e irrepetibles?

El martilleo es una técnica bastante compleja que forma parte del proceso de trabajo de los metales. Podría parecer fácil pero, para dominarla, un artesano necesita diez años de experiencia. Es muy difícil explicarlo en teoría. Es como tocar el piano: si se quiere aprender, hay que practicarlo.
Esta técnica se puede utilizar de muchas formas distintas: para hacer un objeto desde cero utilizando sólo un martillo y dos láminas de metal; o se puede utilizar para completar una pieza; o para reforzar el metal; para alisarlo y borrar algunas pequeñas imperfecciones. Existen diferentes martillos y "hierros" de formas muy variadas, según su uso. Esas tramas características que son únicas en la textura de nuestras piezas se crean mediante el uso de esta técnica.
El martilleo es la actividad que nos permite aprender un lenguaje ancestral: es un diálogo entre el hombre y el metal y lleva la creatividad y la maestría humanas al centro de la conversación. Incluso quienes no conocen necesariamente la artesanía que hay detrás de cada pieza pueden entender este mensaje y disfrutar del esplendor único e irrepetible de un objeto hecho a mano.

¿Cuál es el secreto de esta empresa familiar?

Nuestro negocio coexiste con la vida de nuestra familia y se entrecruza con ella tanto en nuestras actividades cotidianas como de forma más profunda en proyectos de mayor envergadura. Todo es uno. Todos estamos conectados y esta es la razón por la que nuestro negocio está impregnado de amor, pasión y emociones. No puedo imaginarme trabajar sin entregarle mi corazón, mi todo. Esta es la gran diferencia con la producción en serie: una empresa artesanal y familiar existe para hacer realidad los sueños, no para obtener beneficios. Es un enorme privilegio formar parte de algo así.

¿Podría contarnos alguna anécdota de su experiencia directa en la empresa?

Recuerdo que casi todas las noches, durante la cena, nuestro padre ponía en el centro de la mesa un prototipo de algo en lo que estaba trabajando, para poder examinar a gusto sus líneas y volúmenes, intentando detectar sus puntos débiles y mejorar su armonía y equilibrio. Yo era joven y miraba aquellos objetos, aún en proceso de conformación, como si estuvieran vivos. Sentía su alma y los oía hablar a ratos con orgullo y a ratos con dulzura.
Desde entonces, siempre he querido crear objetos y darles una vida, un alma que pudiera expresarse a través de su propio lenguaje personal. He aprendido que, para tener alma y comunicarse con la gente, un objeto tiene que estar libre de la producción en masa, de la repetición que enajena y aburre. Tiene que ser una pieza única que no pueda reproducirse de forma idéntica. Con cada creación intento encontrar esta esencia.


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