Angelo Salemi

El mérito de Angelo Salemi es haber empezado no tanto en las academias, sino directamente en la fragua, como en los talleres del Renacimiento. De hecho, tras sus estudios y después de asistir al taller de su tío escultor, en 1997 abrió su propio taller artístico en su ciudad natal, donde sigue viviendo y trabajando.

Pasión y fuerza, cincel y punzón han forjado en él la voluntad de medirse también fuera de las fronteras nacionales. Sus obras están presentes y son adquiridas por varios coleccionistas tanto privados como públicos. Está profundamente fascinado y conocedor del mundo clásico hasta el punto de que sus obras representan un vínculo entre la modernidad y el pasado. Aprecia mucho la gran lección de los grandes artistas del siglo XX y al mismo tiempo prosigue un asiduo trabajo de investigación personal, lo que le lleva a ser un artista en constante evolución.

Artista polifacético, pasa con facilidad de la escultura a la pintura y viceversa. Prefiere trabajar con materiales nobles por excelencia, como el mármol de Carrara y el alabastro, así como algo de arenisca. Realiza obras en madera y en cerámica con diversas técnicas de decoración. Prueba personalmente la fundición a la cera perdida y muchas otras técnicas, como la pintura al óleo. Últimamente se interesa por el diseño y la realización de accesorios de decoración (lámparas, centros de mesa, relojes, jarrones, esculturas). El objeto de arte se convierte prácticamente también en útil para entrar fácilmente en casas, villas, hoteles y cualquier otro lugar para enriquecerlo de belleza.