Fonderia Artistica Ruocco

Más de 50 años han pasado en un instante. La Fundición Artística Ruocco ha atravesado este tiempo con la misma pasión que les ha distinguido desde el primer día. Giuseppe Ruocco era un niño cuando su padre le llevó por primera vez al lugar que encerraba la magia. Había tierra, había fuego, materia incandescente. Una auténtica fragua, como el taller de un alquimista, la misma en la que tuvo que trabajar el escultor Benvenuto Cellini, porque como en el Renacimiento, la técnica de la fundición no ha cambiado, se ha perfeccionado pero ha mantenido esa artesanía, esas mismas herramientas y esa misma fuerza primigenia que aún hoy la caracteriza.

Después de tantos años, la Fundición Artística Ruocco sigue siendo un lugar de creación, pero todo ello es posible gracias a la profesionalidad de quienes trabajan allí cada día. La familia Ruocco y sus colaboradores, codo con codo, trabajan juntos para cada escultura o monumento que crean, y cada producto es el resultado de un esfuerzo de equipo.

Las manos, la artesanía y el trabajo en equipo que comparten hombro con hombro cada día para producir obras que están destinadas a la belleza, al arte. Obras que recorren el mundo y cada día son el mejor alarde, porque cuentan bellas historias, porque incluso antes de convertirse en esculturas son deseos que parten del corazón.