Paraíso Rural: La Pescaia Resort

Un paraíso rural, antaño abandonado y descuidado, hasta que en 2015 las hermanas Beatrice y Margherita Ramella, adquirieron La Pescaia para restaurar el alma cálida y la belleza única de este impresionante lugar. Enclavado en el corazón de la Maremma toscana, al pie de frondosas colinas y en la antigua carretera que une la ciudad de Siena con Roma, La Pescaia Resort es un pedazo de auténtica historia rural patricia devuelto a la vida, a través de una restauración conservadora. Elegante villa y granja del siglo XIX, una de las pocas que quedan en la zona, La Pescaia está rodeada de más de seis mil olivos centenarios, bosques vírgenes y senderos escondidos para los amantes del senderismo o la equitación. Los jardines de la villa son un oasis verde de tranquilidad, dominado por un majestuoso cedro libanés secular que infunde serenidad y ayuda a los huéspedes a reconectar con la naturaleza circundante.

Los interiores, sencillos pero elegantes, se caracterizan por amplios espacios y están amueblados con gusto con muebles y piezas decorativas de época. Los colores utilizados son relajantes y realzan los materiales naturales utilizados para decorar las habitaciones que dan al tranquilo y floreciente paisaje. A su alrededor, verdes y frondosos jardines y una espléndida piscina situada junto a los antiguos depósitos de "pescaia", que antaño se utilizaban para recoger agua. En primavera y verano, los huéspedes pueden disfrutar de un rico desayuno bufé con productos ecológicos y locales bajo la pérgola de la gran terraza y por la noche disfrutar de un "aperitivo" o una copa de vino.

La Pescaia gestiona una importante hípica, tanto en salto como en doma, pero también es ideal para los aficionados al golf. Los huéspedes pueden llegar cómodamente al Argentario Golf Club, con sus 18 hoyos panorámicos para un total de 6.218 metros de recorrido.

El Resort está situado en una posición estratégica para visitar algunos de los lugares más evocadores de la Maremma toscana: pueblos fascinantes como Pitigliano, enteramente construido en toba; lugares únicos como la Abbazia di San Galgano y las termas de Bagno Vignoni y Saturnia están a poca distancia.