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Design Talent: Pietro Russo

Apasionado y exuberante, el enfoque del diseño de Pietro Russo se centra en encontrar el equilibrio perfecto entre imaginación y realidad. Conoce al diseñador y visita su taller de Milán para explorar cada rincón de su visión holística.

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Un largo viaje a través de diferentes artes y lugares ha llevado a Pietro Russo a la industria del diseño, de una forma única y con un estilo poético pero con visión de futuro. Su pasión por el diseño se ha desarrollado a lo largo de los años tras sus estudios de pintura y escenografía. Este sinuoso camino le permitió perseguir una comprensión diferente de los espacios vitales, cargándolos de nuevos significados, ricos en alusiones con una clara visión del pensamiento del diseño. Su enfoque creativo se centra en los procesos tradicionales, llevados a cabo con meticulosos procedimientos de fabricación.

Su vida personal y profesional se entremezclan, llevándole de su tierra natal -Ostuni, en el sur de Italia- a Florencia, Berlín y Milán, donde, tras ocho años trabajando con Piero Lissoni, creó su propio estudio de diseño. Conozca a Pietro Russo y descubra la visión artística que hay detrás de sus objetos e interiores únicos.

A lo largo desu carrera le han llamado el "Homo Faber del diseño" por su capacidad para combinar un enfoque instintivo y casi imaginativo con una ejecución elegante y limpia. Háblenos de uno de sus proyectos en los que esta transformación sea más evidente.

Creo que mi enfoque del diseño cristalizó con especial claridad en la planificación de mi antiguo estudio en Viale Romagna: fue entonces cuando estas dos realidades, que me interesaban desde hacía tiempo, se fusionaron armoniosamente.

En aquella época, me cautivaba constantemente la estética de los satélites espaciales y de los grandes telescopios utilizados para observar el cosmos. De hecho, esa estética casi involuntaria -determinada por la función y la tecnología- me parecía tan fascinante, y me había seducido tanto que empecé a diseñar una serie de lámparas dedicadas al espacio, la exploración y los planetas.

Durante el mismo periodo, mis pensamientos también se vieron totalmente absorbidos por otra línea de investigación sobre el periodo colonial. Este periodo fue una gran fuente de inspiración, con todos sus matices en las artes, desde la pintura a la arquitectura, pasando por la fabricación de objetos cotidianos.

Dos culturas muy diferentes, tal vez opuestas, unidas únicamente por un ansia de conquista, que se juntan y dan vida a un nuevo estilo que plasmo en una mezcla a veces extraña pero elegante. Así es como he combinado en mi estudio la estética aeroespacial y la colonial, creando un nuevo mundo de otro planeta en un estilo retrofuturista.

Su trabajo se divide en dos actividades principales complementarias: el diseño de interiores y el diseño de accesorios para muebles. A pesar de sus diferencias, ¿hay algo en su proceso creativo que una estos dos campos?

Siempre he pensado en los objetos estrictamente ligados al espacio en el que se colocan, hasta el punto de que me resulta difícil separar estos dos aspectos, que convergen en mi visión personal. Mi primer acercamiento al diseño de interiores fue en respuesta a una necesidad, a saber, diseñar muebles para mi casa, y quería que estas piezas interactuaran con ese interior específico. En aquel momento, era estudiante y vivía en una casa alquilada, sin embargo, siempre he renovado y amueblado cada habitación siguiendo este principio de armonía y unión entre entorno y mobiliario.

En 2010 nació Pietro Russo Design: su atelier donde produce objetos con un estilo icónico e inimitable junto a un equipo de artesanos y diseñadores. Las lámparas Lunar representan un ejemplo de su enfoque estilístico y creativo de los materiales. ¿Cómo se concibieron?

La colección Lunar nace de mi pasión por la astrofísica y mi deseo de concebir la realidad también más allá de los límites de lo cotidiano. La Luna es nuestro satélite, el más cercano y visible, con el que estamos más conectados por su simbolismo y significado... Basta pensar en todas las historias sobre la Luna. Inundado de luz, el ónice parece evocar ese mundo mágico y galáctico, irradiando un resplandor similar al que nuestro satélite nos seduce cada noche y en cada situación. Así que decidí traer esta magia a casa con una pequeña lámpara Lunar.

Alo largo de su vida, ha tenido la oportunidad de viajar mucho, no sólo por Italia -desde su Apulia natal hasta Florencia-, sino también a Berlín y, recientemente, a Milán. ¿Hay algún lugar al que sienta más apego y por qué?

Soy el tipo de persona que abraza el cambio, y cada cambio coincidía con un renacimiento, que a su vez estaba ligado a mi mudanza. En cada ciudad tenía la sensación de haber nacido allí: Me sentía florentino en Florencia, berlinés en Berlín, y hoy me siento milanés en Milán. Berlín es la ciudad que, más que ninguna otra, ha cambiado por completo mi eje cultural y mi visión del mundo, pero, al mismo tiempo, me ha hecho apreciar aún más Italia y su clasicismo, que era inicialmente el motivo de mi marcha.

A lo largo de los años, su trayectoria profesional ha estado marcada por varias colaboraciones. ¿Cuál recuerda con más cariño y por qué?

Las colaboraciones con empresas son siempre un gran reto y una oportunidad de crecimiento. Me apasiona especialmente la génesis de Libelle, la librería encargada por Baxter pocas semanas antes del Salone del Mobile. Me emocioné muchísimo la primera vez que la vi.

Arraigada en la cultura japonesa, la filosofía Wabi-Sabi se basa en aceptar la fugacidad y la imperfección de la existencia. ¿Cómo ha influido este concepto en su trabajo?

Las palabras Wabi y Sabi transmiten dos visiones que la cultura occidental ha fusionado y, para entenderlas, necesitamos captar un concepto que está más ligado a nuestro lado irracional que al racional. Siempre me han cautivado estos dos conceptos, incluso antes de descubrir este aspecto de la cultura japonesa: es casi como si tuviera una propensión innata. Del mismo modo, la artesanía ya adopta este proceso ligado a una perfecta imperfección arraigada en la fugacidad.


En un campo que debe conjugar la tradición con la innovación y los procesos tecnológicos, ¿cómo se crea continuidad en el mundo de la artesanía?

Hoy en día, cada vez es más necesario conectar la producción con la tecnología para poder ejecutar algunas funciones. Desgraciadamente, los procesos tecnológicos han eliminado gran parte del valor añadido derivado de las habilidades manuales del savoir-faire artesano, lo que confiere al producto acabado una apariencia perfecta y fría. Por el contrario, el papel de la artesanía debe ser, como antaño, el de añadir un cálido toque estético y único a la pieza -pràxis y téchnē, arte y destreza-, mientras que la tecnología sólo debe servir de apoyo a este proceso, para que sea cada vez más

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