Fantasmas y cerámica blanca

por Valentina Raggi

La cerámica tiene algo de arcaico, es el material frágil y delicado que Roberto Cambi utiliza para dar vida a maxi instalaciones o para fabricar objetos pequeños, poéticos y sorprendentes. Es la quintaesencia del arte.

ARTEMEST: ¿Cómo empiezas, empezaste?

ROBERTO CAMBI: Con pistas inspiradoras. Tanto mis instalaciones como mis objetos derivan de cosas que leo, de gente que conozco, de las experiencias que vivo. Nacen ideas y transformo esas ideas en objetos concretos a través de la investigación. Cronológicamente, empecé a trabajar con la cerámica en los años setenta. Estudié la técnica en la Accademia di Pittura y luego abrí un pequeño estudio. Me crié cerca de Forlì, pero pronto me trasladé a Milán, una ciudad más dinámica e internacional.

R: La artesanía está resurgiendo. ¿Cómo ve el futuro de la cerámica?

RC: Tras un periodo en el que no pasaba nada, la gente ha empezado a utilizar la cerámica y la porcelana en sus proyectos de diseño o moda. Se considera el "oro blanco" porque se puede utilizar fácilmente para joyas y mobiliario. Ahora hay un gran interés en torno a la cerámica, pero no puedo decir nada sobre el futuro. Ciertamente estamos utilizando nuevas tecnologías, véase las impresoras 3D y las cosas increíbles que pueden hacer.

R: ¿Está a favor de las nuevas tecnologías en su campo, basado en la tradición y la artesanía?

RC: Absolutamente. Tenemos que seguir el progreso y la tecnología; son grandes recursos. Yo creo prototipos con maquinaria avanzada y luego trabajo cada objeto con mis propias manos.

R: Usted define su obra como una locura repetitiva. ¿Por qué ?

RC: Tengo que decir que hay que ser un poco masoquista para querer hacer cerámica. Estoy bromeando, pero es cierto que mi trabajo no está hecho hasta que sale del horno, y si no sale bien hay que empezar de nuevo. Lo positivo es que el material es precioso y atractivo. Realmente puedes moldearlo y darle la forma que quieras. Me obsesiona y repito los mismos elementos una y otra vez. Mis instalaciones son una explosión de formas que se apoderan de la exposición. Es una inmersión total, es puro placer, o puede resultar abrumador y aterrador. Mi último proyecto se llama Bacteria, es una instalación que "contamina" todo el lugar como si fuera moho.

R: Fantasmas, flores, formas orgánicas, esos son sus temas. Es muy surrealista y pop. ¿Cómo los describiría?

RC: Mi estilo puede interpretarse desde distintos ángulos. Creo que es poético, a veces destructivo, y hay líneas sutiles por debajo. Me gusta fijarme en el miedo, y los fantasmas son obviamente un símbolo relacionado, es el miedo al futuro. Intento mostrar cómo nos sentimos todos y cómo a veces sentimos que no sabemos qué hacer o en quién confiar. Deberíamos confiar primero en nosotros mismos.

R: Futuros proyectos

RC: Top secret, aún estoy trabajando en ello. Presentaré mi primera colección para el hogar en Homi (la feria milanesa) en colaboración con la histórica marca Corrado Corradi. También estoy trabajando en una exposición que ya existe y que ya está llena de mi trabajo. La exposición tendrá lugar entre Milán y Turín.

R: ¿Se considera artista, diseñador o artesano?

RC: Me siento y soy un artista. Mi enfoque del trabajo y de la vida es el de un artista. Me influye lo que me rodea, lo que me lleva a hacer proyectos y a diseñar para marcas, por ejemplo. El trabajo de un artista se inspira en personas, situaciones, experiencias, cosas que le dan nuevos aportes creativos.

Sobre la autora Valentina Raggi es periodista de diseño y consultora de comunicación. Raggi escribe para Grazia Casa, Casa Vogue Brasile y How to Spend it Russia.