En el corazón de Roma: Residenza Napoleone

Al pasear por las calles de Roma, no es difícil imaginar cómo la capital italiana llegó a conocerse como la Ciudad Eterna. Desde los restos del Imperio Romano, enclavados en todos los rincones y que se repiten desde el centro hasta los suburbios, hasta los palacios arquitectónicos construidos cada siglo por familias nobles para sus ilustres huéspedes, Roma ofrece una visión espectacular de la historia de nuestra civilización. Con impresionantes frescos en sus iglesias, interiores de ensueño con tonos lujosos y altos muros, pasear por uno de los palacios de Roma siempre quita el aliento.

El elegante Palazzo Ruspoli, en la legendaria Via dei Condotti de la ciudad, no es una excepción a este esplendor. El palacio conserva hoy su objetivo original de ofrecer hospitalidad a los viajeros afortunados, y alberga en su lado norte La Residenza Napoleone III, con sus tres magníficas habitaciones.

El palacio Ruspoli y su Residenza fueron construidos en la segunda mitad del siglo XVI y posteriormente adquiridos por la familia Ruspoli, sus actuales residentes. Edificio histórico difícil de olvidar, el palacio fue concebido como sede de negociaciones diplomáticas y punto de encuentro de la alta sociedad, escaparate para las familias nobles de la ciudad y para quienes viajaban desde el extranjero; su posición estratégica permitía también a los invitados contemplar el espectacular Carnaval Romano desde un punto de vista favorecido.

Ampliamente renovado en 2002, el Palazzo ha sido restaurado por su actual propietario para devolverle su magnificencia original: las tres habitaciones del ala norte, conocidas como Residenza Napoleone III, pueden alquilarse ahora para vivir una estancia sublime en el corazón palpitante de la Roma histórica. Su nombre procede de la época en que el emperador Napoleón III vivió en el palacio con su madre, la antigua reina de Holanda.

La entrada del apartamento es la primera muestra de lujo e historia que se encuentra en la residencia: una gran puerta de madera rodeada de columnas dóricas conduce a una preciosa escalera de mármol revestida de antiguos bustos de mármol de emperadores romanos, que guía a los huéspedes hasta sus habitaciones. Las paredes de los interiores están adornadas con revestimientos geométricos y estampados, que añaden un tono suave y sofisticado a toda la residencia.

Las habitaciones están decoradas con una atención única a los detalles, mezclando diferentes estilos de distintas épocas y permitiendo que piezas vintage coexistan con electrodomésticos modernos. La Suite Napoleone, la habitación principal del Palazzo, está dividida en dos cámaras más pequeñas donde se sirve el desayuno en plata de Bulgari, y el dormitorio principal cuenta con seis impresionantes óleos perfectamente iluminados por la luz del sol durante todo el día.