Looking Around

La originalidad del lujo según G-Rough

G-Rough no es sólo un hotel en el corazón de Roma. Es un lugar donde se puede experimentar el auténtico bon vivre italiano, en una exquisita ubicación contemporánea que transmite una fuerte pasión por el arte, el diseño y las cosas bellas de la vida.

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En el barrio de Parione de Roma, justo enfrente de la célebre estatua de Pasquino, una de las estatuas "parlantes" más ilustres de la ciudad, se encuentra la entrada de G-Rough, un hotel ubicado en un llamativo edificio del siglo XVII rodeado de tiendas de antigüedades, galerías de arte, pequeños restaurantes y otros rincones donde se mezclan los jóvenes artistas y las mentes creativas de la capital.

G-Rough no es sólo un hotel en el corazón de Roma, sino un lugar multifuncional donde experimentar el auténtico estilo de vida italiano en un lugar contemporáneo. G-Rough ofrece un concepto innovador de hospitalidad que brinda a los huéspedes la oportunidad de ver Roma con otros ojos. A su llegada, los huéspedes encuentran una guía conocida como "Consejos del propietario": una selección de restaurantes, heladerías y salones de té que han sido probados durante generaciones y que van desde los más sencillos y auténticos hasta los más sofisticados de la ciudad. Con sus muchas almas, G-Rough atrae a huéspedes refinados como diseñadores, artistas, fotógrafos, coleccionistas de antigüedades, poetas y músicos de todo el mundo.

La pasión por el arte y el diseño están en el corazón de G-Rough. Sus interiores están amueblados con algunas de las piezas más icónicas del diseño italiano de los años 30 a los 60 que, combinadas con la arquitectura del siglo XVII y los acabados del edificio, dan como resultado una interpretación contemporánea de la memoria y la belleza del pasado. El edificio se asoma a la cúpula de la iglesia de Sant'Agnese en la Piazza Navona y el ambiente que se respira en su interior es el resultado de un concepto único en el que conviven piezas del propietario y eminente coleccionista de arte, Gabriele Salini, con obras de maestros como Giò Ponti, Guglielmo Ulrich e Ico Parisi, junto con objetos de diseñadores más jóvenes. El entorno puede parecer a veces una elegante galería de arte, con todo tipo de objetos y paredes que emanan una atmósfera de sofisticada belleza, y a veces un espacio conceptual que celebra el diseño italiano más icónico enmarcado por la arquitectura romana más auténtica.

Cada habitación está amueblada con piezas únicas procedentes de boutiques vintage, subastas de antigüedades, ferias de coleccionismo de arte moderno y talleres de artistas. Las diez suites rinden homenaje a algunos de los diseñadores italianos más influyentes y llevan sus nombres, mientras que en sus puertas de entrada hay retratos estilizados de cada uno de ellos. En cada suite hay una pieza de colección: la mesa y las sillas de Ico Parisi, el ecléctico carrito de bar de Giò Ponti, las lámparas de la pareja Afra&Tobia Scarpa y el armario de pergamino de Guglielmo Ulrich.

Si observa dibujos en los techos de madera, dibujos murales en las paredes de las escaleras y escritura raspada en las paredes: son el rastro de Art is Real, una performance de 24 horas pensada por Guendalina Salini y Silvia Litardi antes de que se iniciara la restauración conservadora y respetuosa del edificio. En aquella ocasión, en abril de 2014, veinte artistas romanos y uno procedente de Nueva York llenaron todo el palacio de arte, sonidos, performances e instalaciones.