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Un palazzo histórico: Ottantotto Firenze

Descubra el hotel Ottantotto Firenze, situado en el corazón del barrio de Oltrarno, en Florencia. Tras ser el taller de un panadero durante el Renacimiento y un aristocrático Palazzo en los siglos siguientes, hoy el edificio ha sido renovado para convertirse en un elegante hotel boutique con encantador jardín.

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Ottantotto Firenze es un edificio histórico situado en el corazón del barrio de Oltrarno, en Florencia. Durante el Renacimiento, fue taller y vivienda de un panadero: en la planta baja se situaban los hornos donde se cocía el pan y la tienda para la venta directa en la calle.
En los siglos siguientes, este edificio histórico se transformó en una casa aristocrática con un exquisito y pequeño jardín en la parte trasera. De la antigua estructura arquitectónica aún se pueden admirar elementos en "pietra serena", una piedra típica de la Toscana utilizada en los palacios florentinos, como escaleras, chimeneas, lavabos y hornacinas.
En el siglo XVIII, la propiedad pasó a formar parte del Monasterio de Santa Isabel, convirtiéndose en un lugar seguro donde se acogía y cuidaba a los niños huérfanos hasta la posguerra.

Hoy, tras una reciente renovación, el edificio se ha transformado en un hermoso y singular Hotel Boutique con jardín. Dispone de siete habitaciones distribuidas en cuatro plantas, una de las cuales es una Suite con terraza y cocina americana. A cada habitación se le ha dado un carácter específico que la distingue de las demás, aunque todas comparten un cuidado en los detalles, creando espacios acogedores, marcados por la atemporalidad y atmósferas únicas.

Materiales antiguos y muebles contemporáneos acompañarán en el descubrimiento de este lugar íntimo, caracterizado por luces cálidas y un ambiente acogedor. El salón de la planta baja es acogedor y elegante, y da directamente al jardín: esta estancia puede utilizarse para leer y relajarse junto a la gran chimenea o en el sofá, escribir en la mesa central o descansar.
Se puede acceder a todas las habitaciones en ascensor o por una antigua escalera de "pietra serena"; cada habitación es diferente y cuenta historias y conceptos distintos, ofreciendo siempre una experiencia única tanto a los nuevos como a los antiguos visitantes.

En un patio empedrado frente al salón se servirá el desayuno bajo un toldo, caldeado en invierno. Subiendo unos escalones se accede al pequeño jardín sombreado y florido: después de muchos años en que ha estado abandonado, se ha dado nueva vida a este rincón de relax con plantas, esencias y flores, que recrean el ambiente de un escenario sombreado de finales del siglo XIX y donde los huéspedes pueden reponerse con un buen libro.