La refinada fuerza bruta de la platería

Texto de Annalisa Rosso

¿Ha entrado alguna vez en un taller artesano donde los plateros realizan su trabajo tradicional? Las vibraciones que llenan el aire le hacen contener la respiración. Técnicas como el martilleo (donde la herramienta golpea con fuerza sobre la plancha de plata u objetos ya refinados), y sobre todo el repujado (donde un martillo especial se esfuerza por obtener un alto relieve del objeto previamente decorado), son acciones de pura fuerza y control preciso.

Me viene a la mente la fragua de Vulcano: el Dios del Fuego y el herrero de los Dioses en la mitología antigua, forjando armas y flechas en las Islas Eolias, bajo el Gran Cráter, aún activo hoy en día. Y sin embargo, cada uno de estos gestos, brutales sólo a primera vista, es característico de cada uno de los artesanos, dotados de un toque individual y distintivo. Esto, combinado con la predilección de los maestros plateros por dar forma a sus propias herramientas para que se adapten perfectamente a su mano, hace que sea fácil ver que este arte es todo unicidad.

Laherencia de Brandimarte

En 1955, el experto artesano Brandimarte Guscelli, uno de los grabadores de mayor renombre y talento, estableció su laboratorio con el nombre de Brandimarte en Florencia. Sus hijos, Stefano y Giada, comprendieron el importante legado de su padre y se mantienen fieles a la tradición familiar del grabado artístico. Aquí descubrimos los secretos de procedimientos antiguos y complejos como el proceso de torneado, que aún se realiza a mano.

En algunas ocasiones, incluso se ata al orfebre a la máquina con un cinturón especial y su cuerpo se convierte en parte esencial del trabajo en una potente coreografía de movimientos. Algunas técnicas solo pueden llevarse a cabo un poco cada vez, por lo que el esfuerzo y la concentración son cruciales y, a veces, incluso insoportables.

Pagliai, maestros grabadores de Borgo S. Jacopo

Otra historia notable procede de Florencia, donde la familia Pagliai mantiene vivas las técnicas tradicionales de orfebrería, concretamente el grabado, una tradición que alcanzó su apogeo durante el Renacimiento, cuando la familia Médicis gobernaba la ciudad. Desde la fundación del taller en los años 30, poco ha cambiado. Stefania Pagliai, que junto con su madre Raffaella es uno de los pilares de esta importante disciplina, afirma: "Para grabar plata se necesita una habilidad particular, así como herramientas específicas. Los buriles con los que trabajamos son especiales, ya que se utilizan exclusivamente para la plata: aquí en Florencia los llamamos ciappole."

Además de una mano sensible y estable y una extraordinaria capacidad de concentración, el grabado requiere un largo aprendizaje. Y, a pesar de que los errores pueden suceder y a menudo producen "daños inconmensurables, casi imposibles de reparar", esta técnica no ha perdido su atractivo. La calidad atemporal del antiguo arte de trazar un bello diseño en plata nunca deja de sorprender y deleitar.