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The A List

El diseño transformador de Juan Carretero

El arquitecto Juan Carretero, nacido en Ciudad de México y afincado en Nueva York, ha hecho de los viajes su seña de identidad. Fascinado por la forma en que la geografía y los cambios sociales influyen en el gusto arquitectónico, cree en el poder transformador del diseño para cuestionar el statu quo, empujando los límites de la estética tradicional hacia la experimentación alegre.

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El diseñador Juan Carretero, afincado en Nueva York, es el fundador de Capital C Interiors, un galardonado estudio conocido por su enfoque cálido e ingenioso del diseño. Tras estudiar arquitectura e interiorismo en Australia, México y Estados Unidos, ha mantenido su espíritu trotamundos y ha trabajado en distintos países, lo que le ha proporcionado un profundo aprecio por la artesanía y la tradición locales. Sus versátiles proyectos van de lo residencial a lo comercial para clientes internacionales, diseñando espacios que parecen vividos y recogidos, pero que están cuidadosamente compuestos. Sus habitaciones suelen evocar un aura recogida, pulida y refinada, inspirada en su propio bagaje internacional.

¿Cómo se inició en el mundo del diseño? Cuéntenos su historia.

Desde que era niña y crecí en Ciudad de México, siempre estuve rodeada de diseños interesantes y fui consciente de ellos de forma instintiva. Mis padres eran arquitectos frustrados y nos mudamos varias veces a casas diseñadas para ellos, así que los planos formaban parte de mi paisaje desde que tengo uso de razón. También fui una niña muy visual y artística. Dibujaba mucho. Mis padres también tenían el gusanillo de viajar, así que desde pequeño tuve la suerte de visitar lugares que me abrieron la mente a los conceptos de belleza y funcionalidad. Siempre supe que sería arquitecto.

Una buena luz es increíblemente importante. Puede resaltar, realzar, elevar y transformar. Incluso puede curar. Nunca demasiada, siempre casi demasiado poca;

¿En qué se inspira para sus proyectos?

Viajar es, con diferencia, la fuente de inspiración más provocativa. Cuando viajas, no sólo estás expuesto a lo que es diferente, sino que tu mente está abierta y relajada para asimilarlo todo. Hemos tenido la suerte de trabajar en lugares como España, Colombia, Escocia, Alemania y, por supuesto, México. Siempre es maravilloso y humilde sumergirse por completo en las costumbres y tradiciones de cada cultura. También me encanta mirar revistas antiguas de diseño de interiores y ver lo que sigue siendo actual. Suelo sacar lecciones de todos los sitios a los que voy y analizar cómo los medios de comunicación, la nostalgia, los antecedentes culturales, la geografía o los factores socioeconómicos pueden influir en nuestro gusto. Ser diseñador implica tener un agudo sentido de uno mismo y la voluntad de cuestionar el statu quo.


¿Cuál es el elemento esencial a la hora de diseñar un espacio?

Una buena iluminación, tanto natural como artificial, es increíblemente importante. Yo diría que es crucial. Nada bueno sobrevive bajo una luz inadecuada. La iluminación adecuada puede resaltar, realzar, elevar y transformar. Incluso puede curar. Nunca demasiada, siempre casi demasiado poca.

¿Cómo enmarca el proceso creativo y el desarrollo de un proyecto?

Todo gira en torno al espacio y al cliente. Como arquitecto, los huesos tienen que estar bien, o si no, al menos hay que ser capaz de engañar al ojo para que piense que lo están. Los diseñadores utilizan trucos visuales para mejorar las proporciones, la luz y la sensación general de una habitación. La primera pregunta es qué pide esta habitación; la respuesta depende en gran medida de las necesidades y la personalidad del cliente. Me gusta conocerlos bien antes de proponerles nada. Es fácil olvidar que diseñamos para ellos, no para nosotros.

¿Tiene algún maestro del interiorismo al que admire?

Albert Hadley, David Hicks, Billy Baldwin, Jean-Michel Frank, Arturo Pani y Luis Ramiro Barragán encabezan mi lista. Todos tienen estilos diferentes, pero su legado nos ha dejado lecciones increíblemente importantes.

¿Cuál es su proyecto favorito?

Para Holiday House, que es una exposición anual de los mejores diseñadores de Nueva York, imaginamos a Tom Ford como nuestro cliente para una suite principal junior muy masculina, sexy y a medida en una casa adosada de Sullivan Street en el SoHo. Tomamos algunos de sus conceptos de diseño básicos y los utilizamos como inspiración para recrear una habitación que se pareciera mucho a su marca de moda de lujo. Texturas ricas y suaves en colores oscuros, una mezcla de muebles antiguos y nuevos y las más lujosas sábanas y alfombras italianas completaron el look.

La lista A

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