The Artisan

Transformar la vajilla italiana en arte y emoción

La artista y ceramista italiana Coralla Maiuri transforma la porcelana en paisajes oníricos de luz, cielo y memoria. Sus cerámicas y vajillas artesanales desdibujan los límites entre el arte y la vida cotidiana. Inspirada en la naturaleza, la historia y las sensaciones infantiles de luz e inmensidad, la obra de Maiuri irradia una profundidad emocional que ha cautivado a coleccionistas y amantes del diseño de todo el mundo.

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Coralla Maiuri es una artista italiana afincada entre Milán y Roma. Sus creaciones en cerámica y porcelana -desde exuberantes jarrones y jarras hasta refinadas colecciones de vajillas- están hechas y pintadas totalmente a mano, y son el resultado de una incansable experimentación con esmaltes, pigmentos y técnicas de cocción. Profundamente inspiradas en la naturaleza, la historia y la belleza de Roma, sus seis series de porcelana rinden homenaje a las salas de la Galería de Villa Borghese, fusionando la grandeza barroca con una modernidad casi celestial. Sus obras han sido expuestas y coleccionadas internacionalmente, y son célebres por sus superficies vibrantes y pictóricas que parecen capturar tanto el caos como la armonía del mundo natural.

La naturaleza, los cielos y las puestas de sol aparecen a menudo en sus cerámicas. ¿Hay algún recuerdo concreto que le siga inspirando?

Crecí en casas grandes con ventanas enormes, sin contraventanas, ni persianas, ni siquiera cortinas. Las mañanas eran una explosión de luz que me despertaba suavemente, mientras que por la noche, la oscuridad se lo tragaba todo. Ese ritmo de luces y sombras me marcó profundamente. Aún hoy persigo ese mismo diálogo entre luminosidad y vacío, el frágil equilibrio que define la naturaleza y, en muchos sentidos, la vida misma.

¿Hay alguna persona, viaje o experiencia que haya marcado su trayectoria creativa?

Hay dos mundos que me han marcado. El primero fue la antigua campiña de Ciociaria, donde viví de niño: salvaje, arcaica, llena de silencio y misterio. El segundo fue mi encuentro con las pinturas del Museo Jeu de Paume de París.

Sus obras están presentes en mesas de hoteles de lujo, colecciones privadas y hogares de todo el mundo. ¿Qué le emociona más: imaginar el uso cotidiano de sus objetos o su condición de obras de arte únicas?

Lo que más me emociona es la emoción en sí misma, cuando lo que creo me emociona a mí primero. Ya sea una taza que se usa cada mañana o un jarrón que se exhibe como una reliquia, lo que importa es el pulso de la vida que hay en él. Mis obras sólo están vivas si transmiten emociones, las mías y, espero, las de quienes las ven.

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